viernes, 28 de octubre de 2011

Estética de la ciencia


La ciencia de la estética

La estética de la ciencia es un tema poco conocido, con poca bibliografia, y que no suele despertar mucha atención por parte de científicos; más bien nos quedamos perplejos cuando se articulan ambos vocablos en una misma frase. ¿Pero tiene la estética influencia en la ciencia?
Lo cierto es que la estética no es monopolio del arte, o la filosofia. No son pocos los científicos que la usan como inspiración o guía. Pero vayamos por partes: ¿Qué es la estética? La Real Academia de la Lengua Española define la estética en una de sus acepciones como  la “ciencia que trata de la belleza y de la teoría fundamental y filosófica del arte”. Otra acepción es “Armonía y apariencia agradable a la vista, que tiene alguien o algo desde el punto de vista de la belleza”. Etimológicamente proviene del griego αἰσθητικός, sensible.

La estética en la ciencia

Algunos físicos hablan de teorías "feas" y "bonitas", describen ideas que “huelen” o “pintan” bien. Los físicos, escribe K.C. Cole en Los Angeles Times, confían en la “belleza” para juzgar sus teorías: "No pocas veces, los juicios estéticos conducen a nuevos descubrimientos: como en la teoría de la gravedad de Einstein o el descubrimiento de la anitmateria de Dirac. El físico francés Henri Pincaré dijo “la estética és un tamiz delicado que criba la verdad de lo engañoso”. O como dijo Dirac “ es más importante que tus ecuaciones sean bellas que  concuerden con algun experimento”

Dirac no estaba exento de un conflicto de intereses y tenía sus motivos: cuando desarrolló su ecuación de onda para el electrón. Incorporando la teoría de la relatividad, postuló que debía existir una partícula semejante al electrón pero con carga eléctrica positiva, es decir un antielectrón o positrón como se le bautizó posteriormente. La bonita idea de la compensación de polos como equlibrio brotaba de las matemáticas. No todos los físicos han acudido a la belleza para valorar sus hipótesis. De hecho, Heisenberg, Premio Nobel de física y descubridor del famoso principio de incertidumbre, llegó a afirmar que Dirac había escrito el capítulo más triste de la física moderna. Dirac no se amilanó, pero hubo que esperar algunos años hasta que Anderson, un físico experimental, demostrara en su laboratorio la existencia del positrón. Dirac tenía razón, y con sus razones floreció una suerte de simetria universal.

 La belleza del porqué
 De hecho la estrecha relación entre la belleza, las matemáticas y la naturaleza fue descubierta por los sabios de la antigüedad. Ya Pitágoras nos hablaba de la armonía de las esferas, en alusión a los planetas, y de las cuerdas vibrantes con sus relaciones matemáticas precisas, de modo que produjeran sonidos agradables al oído. Cuando los pitagóricos descubrieron los números irracionales, guardaron el secreto, pues no querían que el mundo supiera que Dios, siendo perfecto, hubiera sido capaz de crear tal aberración. Dios hace geometría, afirmaba Platón. Los sólidos platónicos estaban estrechamente vinculados a los cuatro elementos y al cosmos. Cada uno de los sólidos correspondía a una de las partículas que conformaban cada uno de los elementos: la tierra estaba asociada al cubo, el fuego al tetraedro, el aire al octaedro, el agua al icosaedro, y finalmente el Universo como un todo, estaba asociado con el dodecaedro. Los antiguos griegos,  hablaban de la proporción aurea (o proporción divina), cuyo valor es 1.618, obtenido a través de relaciones geométricas entre el pentágono y el hexágono. Los griegos consideraban que las figuras geométricas que tuvieran esta proporción poseían una belleza intrínseca. Estudios recientes sugieren haber encontrado esta relación en la música, la pintura, la escultura, la poesía y la arquitectura. También en la concha de los caracoles y el nautilis, la distribución de machos y hembras en un panal de abejas, la disposición de los pétalos de las flores e inervación de las hojas (el papel del número áureo en la botánica recibe el nombre de Ley de Ludwig), en la relación del grosor de las ramas de los árboles, en algunos cristales de pirita, la distribución de las hojas en un tallo y un largo sinfín.

En  el brahmanismo y el budismo, la belleza y la simetría se ponen de manifiesto en el simbolismo de los mandalas y yantras, figuras geométricas que representan las fuerzas que regulan el universo y sirven de soporte para la meditación, al igual que el Yin y el Yang en el taoísmo. En la naturaleza observamos numerosos ejemplos de objetos con formas geométricas hermosas, las cuales pueden ser representadas por medio de fórmulas matemáticas, incluso cuando la belleza no tien un sentido funcional directo.

La belleza del "porque"
Para existir, la belleza precisa de un ser sintiente, unos ojos o un corazón que miran. Esta necesaria subjetividad contrasta con el rechazo de la ciencia por lo subjetivo.La estética és de las pocas cualidades subjetivas que puede usar un científico sin hacerse trampas.  Queda claro que la estética tiene influencia en la ciencia, de hecho en muchas, si no la mayoría, de facetas del ser humano. Pero ¿por qué? Es la estética en ciencia una atajo para formular teorías certeras, o es un signo de hasta que punto la metafísica se ha infiltrado en la ciencia. ¿Es la belleza una guía para la ciencia o los científicos buscan la belleza para tener más probabilidades de ser reconocidos por la comunidad científica?

Sea como fuere, parece que las estética ha sido más descrita y abiertamente reconocida en las ciencias formales que en las empíricas. Aunque estas últimas van a la zaga; ¿a caso no son bellas las simbiosis? ¿la interdependecia de los organismos de un ecosistema? ¿Gaya? ¿la genealogia de la conciencia? ¿las dinámicas grupales? La maternidad, el desarrollo, la evolución…

Para Aristóteles, la belleza era simetría. Y ciertamente la naturaleza presenta ciertas reglas de simetría. El Universo está regido por Leyes Fundamentales simétricas; en tanto que los productos de esas Leyes son asimétricos (tal como muestra el teorema de Noether varias leyes de conservación de la física son consecuencia de la existencia de simetrías abstractas del lagrangiano). En las ciencias formales la simetría se repite por doquier, y en cierto modo la simetría se encuentra en la base de la vida. El desarrollo de algunas células, tejidos, órganos y todos los organismos obedece a proporciones simétricas. Y en cierto modo es la dulce asimetría lo que hace que nos encotremos bellos unos a otros.

Quizás artistas y científicos comparten el mismo sentido por la estética, mientras el primero la capta y proyecta hacia el exterior, el científico lo hace de forma más introspectiva para poder dar explicación a los fenómenos que acontecen. Mientras el científico suele ser inconscientemente implícito, el artista es explícito, en cierto modo necesita más la complicidad del espectador. En el fondo, asrtistas y científicos comparten mucho. No en vano la ciencia es considerada a veces un ars (técnica en latín, de donde proviene la palabra arte), así como muchos artistas utilizan el método científico. Una de las diferencias es que la ciencia debe poder formular predicciones,  y  otra que el científico se contenta con un público más reducido y especializado.

Quizás, por este útimo motivo exista cierto prejucio que tacha al científico de insensible ante ciertas poesías u otras manifestaciones artísticas y no se hace lo mismo con el poeta que no aprecia la geometría no euclideana o la ecologia de sistemas. Al final es una cuestión de gustos, y de la capacidad para disfrutar de lo que nos muestran, ya sean de uno u otro gremio… Quizás, como dijo aquél, la belleza esté en los ojos del que mira ... O, ya que hablamos de lo que hablamos: quizás, como dijo aquél, la percepción de  los fenómenos como  algo estéticamente satisfactorio esté en el sustrato sociopsiconeurobiológico del observador.

Quizás si los científicos puediéramos hacer una ciencia más estética, podríamos acercarnos más al público. Quizás si todos fuéramos más sensibles a la estética de la ciencia, no nos encotraríamos ante los desatres ecológicos y humanos que estamos viviendo.

5 comentarios :

  1. L'apropament de la ciència a un nombre de públic major, més heterogeni...no ha de venir d'una ciència més estètica, sinó d'una difusió més propera, menys abstracta i més divertida!

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  2. Recuerda que existe el "nanoarte", fruto de la conjunción entre la pintura y la observación de NP al microscopio electrónico.
    O sea, que vamos comenzando a ir en esa dirección. Por algo se empieza....

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  3. La belleza y la armonia rigen el universo, y si, esta extraña sensacion llamada belleza contine el numero áureo o numero divino

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    1. Gracias por comentar. ¿Qué sabemos de lo que nos deparan las matemáticas sobre las estética? ;)

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    2. Gracias por este artículo Alan. Si estas interesado en su mayor divulgación y difusión me gustaría pedirte permiso para que formara parte de un revista digital en construcción .( Aeliorevista ). Concretamente para hacer referncia a estos nexos de unión entre estética y ciencia.Siempre con tu copyright y licencia de uso que tu considerases oportuna.

      Reciba un cordial saludo y gracias de nuevo por este interesante artículo.

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