Optimismo y fallos en la actividad cerebral

Que el optimismo puede conducirnos a decisiones erróneas no es ningún descubrimiento. Pero que se confirme fisiopatológicmanete sí. Así pues el título de este post no es debido la falta de acción frente al cambio climático, a la crisis energética, a la corrupción política, a la falta de responsabilidades en la crisis económica o al agotamiento de los mares (o quizás sí, ya veremos al final). Son la conclusiones de un artículo publicado esta semana en Nature Neuroscience titulado "How unrealistic optimism is maintained in the face of reality".

Empezando por los preliminares: ¿Es nocivo el optimismo? El impacto social negativo del optimismo radica fundamentalmente en la reducción de las acciones preventivas, como por ejemplo en el sexo seguro, ahorrar para imprevistos, conducir moto con casco, no invertir en NuevaRumasa, o no mirar Sálvame...

Por otra parte, el optimismo reduce los niveles de estrés y ansiedad, promoviendo la salud y el bienestar. Esto concuerda con estudios que relacionan la depresión con una tendencia a sobrestimar las probabilidades de eventos negativos. Muchos estudiosos aceptan que la crisis financiera de 2008 estuvo, en considerable medida, causada por el exceso de optimismo en el cálculo del riesgo financiero. Determinar si algo es nocivo no es tarea fácil. Menos es hacerlo con comportamientos humanos. El caso es que el optimismo es un rasgo humano que influencia todas las facetas del ser humano, incluidas las relaciones personales, la política y las finanzas. Se conoce que hay diferentes grados de optimismo, pero no su relación con el sistema nervioso central. Eso fueron a estudiar Tali Sharot,Christoph Korn y Raymond Dolan.

Optimismo realista

El grupo de científicos, usaron resonancia magnética funcional para monitorizar a un grupo de sujetos a los que se les preguntaba sobre la probabilidad de que les ocurrieran 80 eventos negativos (un robo doméstico, ver un accidente traumático, contraer un tumor, obesidad, un ataque al corazón, etc..). Después se les informó de las probabilidades reales de sufrirlos, y posteriormente se les volvió a preguntar. Pues bien, los participantes modificaron sus respuestas para las predicciones que les beneficiaban, pero no cambiaban la respuesta en las predicciones perjudiciales. Es decir actualizaban las probabilidades sobrestimadas, pero no las subestimadas. Así pues parece que rebajamos los riesgos cuando nos dan una predicción favorable, pero nos cuesta aprender las predicciones desfavorables. A demás observaron que en los sujetos más optimistas se producía una falta de actividad en el giro prefrontal inferior. En otras palabras a los optimistas les cuesta aprender a actualizar negativamente. Como dicen los investigadores "el optimismo está ligado a una error de actualización selectivo y una disminución de la codificación neuronal en la información referente al futuro [...] Este fallo resulta en una actualización selectiva, lo que apoya la resistencia al cambio del optimismo no realista". ¿Es entonces el optimista un realista mal informado (o para el caso mal aprendido)?

Una cosa es encontrar una relación neuronal entre optimismo y resiliencia al aprendizaje (que ya es extraordinario), y otra explicar tal "desviación" en el comportamiento humano. Algunos autores sugieren que este aprendizaje selectivo está relacionado con la supervivencia de la especie, por ejemplo al facilitar la exploración y la aventura, y a la postre la adaptación de la especie a entornos hostiles y desconocidos.

Pero esto lleva a otra consideración, como sugieren Keise Izuma y Ralph Adolph "dada la suficiente información o persuasión ¿podría un optimista volverse realista? El futuro precario para nuestra especie, reflejado diariamente en los titulares le hace a uno pensar que elucidar los mecanismo neurales de esta habilidad metacongnitiva puede ser más importante que nunca". Y es aquí donde volvemos al principio: quizás sí que este optimismo patológico tenga que ver con los desastres de la apertura de este post. Está claro, que hay muchas acepciones de optimismo; pero en el sentido del estudio el olvido fácil de los riesgos que nos parecen lejanos puede estar ligado a la despreocupación del que ve que el mundo se desmorona ante sus ojos sin hacer nada. Lo dijeron Gandhi y Einstein, entre otros, con otras palabras: lo que hace falta para que el mal triunfe es que los hombres de bien no hagan nada, y es ahí donde quizás el optimismo sea más nocivo. Milan Kundera dijo que el optimismo es el opio del pueblo.

Alguien que ya ha explorado el lado oscuro del optimismo, en medio de un entorno entregado al positivismo superficial, es Barbara Ehrenreich, reconocida periodista y activista política. Os dejo un video donde habla de la forma en que el optimismo es utilizado como mecanismo de control social:

Sonríe o muere (10 min, inglés subtitulado al castellano)

Tali Sharot, Christoph W Korn & Raymond J Dolan. How unrealistic optimism is maintained in the face of reality. Nature Neuroscience.14,1475–1479. 2011.